Sting y su abuela Agnes. Broken Music


Hoy he tanteado las primeras páginas de Broken Music, la autobiografía del cantante y músico británico Sting, y me he encontrado con más calidad literaria de la que esperaba. Supongo que tendrá que ver el hecho de que el ex-lider de Police fue profesor de literatura en su juventud.

En teoría, esta autobiografía abarca desde su niñez hasta sus primeros éxitos con Police, pero comienza con una ingesta de ayahuasca en Brasil durante su gira de 1987 (a la manera de William Burroughs o Allen Ginsberg). No tarda mucho en deducirse que la relación que tenía con sus padres recientemente fallecidos era algo que le atormentaba o preocupaba, lo que derivo en una crisis personal y creativa que duró varios años y que le hizo descubrir la práctica del Yoga. Hasta donde he llegado hace una semblanza de la juventud de sus padres y de sus abuelos paternos y maternos. Fijo que más adelante hablará de los ídolos musicales de su adolescencia: Beatles, Jimi Hendrix y el Miles Davis eléctrico de Bitches Brew. Mirando por encima si he podido ver una mención al brasileño Antonio Carlos Jobim:

No hace falta avanzar más para descubrir que en el álbum The Soul Cages (1991) se encuentra mucho del espíritu y las vivencias de Sting durante los años de Broken Music. Este disco de tendencia triste y melancólica contrastaba con el espíritu expansivo de The Dream of The Blue Turtles (1985) y Nothing The Like Sun (1987), sus primeros y mejores álbumes de su carrera en solitario. Recuerdo que The Soul Cages fue un fracaso en su época y que rechacé de plano este álbum durante varios años (nadie esperaba este cambio y por aquel tiempo acaparaban mi atención el Jazz, la Bossa Nova y el cóctel literario-musical del salsero panameño Rubén Blades, descubiertos en parte gracias al propio Sting). Con el tiempo ha mejorado bastante mi opinión (aunque sigo sin colocarlo entre mis preferidos) y en especial destacaría dos temas, Jeremiah Blues y Saint Agnes and the Burning Train.
Hay un momento de Broken Music que evoca este último tema, en el momento en que Sting recuerda a su abuelo paterno Tom tocando la mandolina mientras su abuela paterna, la piadosa Agnes, habla de los méritos del padre Jim, un religioso católico que visitaba asiduamente su casa:
"...Agnes parecía obsesionada con el padre Jim. Su condición de sacerdote y su inocente pasión por los libros, unidas a los tonos aflautados y entrecortados de clase alta, conformaban un cóctel embriagador para aquella mocosa irlandesa de Sunderland. Jamás se insinuó que hubiera algo indecoroso en su relación, pero lo cierto era que no dejaba de hablar del padre Jim, sin que el pobre Tom pudiera decir casi nunca esta boca es mía. Se limitaba a quedarse sentado en silencio en un rincón y a tocar de oído viejas melodías de music-hall con la mandolina, siempre tarareando alguna canción sin letra"

Comentarios

Entradas populares de este blog

Acuarela. Nadie camina por la vida sin haber...

Imagine de John Lennon (y Peer Gynt) a 432 y 440 Hz

Canciones de "Acuarela" de Toquinho en castellano